"Como dos figuras de un conflicto íntimo mirando de frente ante la voz moralizadora, y tan aislados como unidos, a través de la secuencia audiovisual, arman la idea de una intrascendencia latente y de una manipulación oportunista. Pero tras este interesante prológo que nos hace preconcebir ciertas ideas sobre el desarrollo posterior, la película se va desarmando, jugando con las miradas, los gestos, las palabras, y no descuidando en ningún momento su preciso ajuar de planos, para finalmente golpearnos y abrumarnos con la realidad. Esa realidad que se vuelve contra los seres más frágiles. Xavier Legrand aborda la cuestión de la violencia de género de una manera sorprendentemente diferente y se diría que hasta heroica, pues jugando a desmontar prejuicios y lugares comunes, rasca en el interior de los personajes para construir ideas, sentimientos y emociones, que conducen al espectador a la verdad de esta realidad de un modo absolutamente soberbio. La infinita sensibilidad de Legrand se palpa en cada tramo de la película, configurado al detalle y alejado de juicios rápidos y moralismos innecesarios. Al final, con la complicidad de un entregado reparto, y de un sabio equipo técnico, se nos ofrece una verdad, con más verdad, valga la redundancia, en una de las óperas primas más apasionantes y mejor labradas de toda la década."
Lo mejor: Su sensibilidad para desmontar prejuicios e ideas preconcebidas.
Lo peor: Que pueda ser juzgada por su rupturismo
NOTA: 9(*****)
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