viernes, 8 de octubre de 2010

Crítica: Un tipo serio


Un tipo serio: 7(***)
Otro año más, los Coen al pie del cañón, sumergidos en la comedia, un género que dominan con gracia y ligereza, y en él que innovan e imaginan. Su imaginación es desbordante, te deja sorprendido, por la contundencia de sus historias, por la fuerza de sus personajes, por la extravagancia de los diálogos y esa acidez propia de ellos. Su nuevo film, lleva su sello indiscutiblemente, su esencia, pero, sin embargo, no me llega a convencer, quizás, es porque abarca demasiados temas, demasiados géneros, y no los llega a desarrollar y definir con claridad, su puesta en escena es excesivamente sencilla y tranquila, para el tono que muestra el film, le falta velocidad, le falta extravagancia, le falta ritmo. El guión esta lleno de increíbles momentos, tiene una fuerza arrolladora, pero le sobran silencios y le falta el hecho de una mejor puesta en escena. Esforzado trabajo de dirección de los hermanos Coen, junto a un genial equipo técnico, donde destaca Roger Deakins, con su bella fotografía, y un reparto ácido, elocuente y extraordinario, Michael Stuhlbarg, construye su personaje de forma ejemplar, y nos ofrece una notable interpretación. Otro apartado del film, que destaca, es el juego de la diferencia cultural y religiosa, como utiliza esta fuente con sutil ironía, como nos muestra facetas y anécdotas de los personajes. mucho más real de lo que aparenta y mucho más fantástica, de lo que pensamos.

Lo mejor: El sello de los Coen.

Lo peor: Le falta ritmo.

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