martes, 13 de marzo de 2012

Crítica: ¿Y ahora adónde vamos?


¿Y ahora adónde vamos?: 10(*****+)
El conflicto entre musulmanes y cristianos aunque parezca tan remoto y tan lejano a nuestra mirada, es una guerra que encubierta en otras sábanas sigue azotando a Oriente Medio. La historia permanece anclada en la sangre derramada de los inocentes que sufrieron el martirio y la cruenta destrucción a la que vive subordinada la discriminación de cualquier índole, en este caso de carácter religioso. Abuelos, padres e hijos vivieron el genocidio de un enfrentamiento sin precedentes entre hermanos. Pero ¿Y dónde estaban las mujeres?, aquellas que consolaban su llanto contra los desiertos de arena, los cuales secaban con desgarro y crueldad sus heridas y enfríaban la tierra que pisaban, pero no el corazón herido que seguía palpitando por sus hijos. Bajo este legado, Nadine Labaki navega con maestría hasta el dolor de unas madres que vieron caer a su hijos en un pequeño pueblo del Líbano, por estas absurdas guerras. En esta maravillosa y enérgica metáfora Labaki escribe una historia que provoca una reflexión compleja sobre los valores de la humanidad, una metáfora construida bajo los pies de la barbarie y que busca la caridad, el amor, la paz, valores necesarios, cada vez más ausentes, y perdidos por el fuego de las armas. La historia de unas mujeres que cambian su vida, su propia identidad, arriesgan lo que tienen, solo por mantener la paz entre los hombres, resulta estremecedora, además de un grito universal. Una apología que adopta una textura incomparable gracias a ese generoso grupo de actrices que inunda la pantalla de alegría, ternura, y llanto, sus voces, sus caricias, sus gritos son las piezas que contruyen algo realmente grandioso en el mundo, que puede cambiar la vida de la humanidad, el amor de una madre. Bajo este honesto sentido consiguen brillar en la oscuridad de la tiniebla, dirigidas por el pulso y la elegancia de Nadine Labaki, que de este modo redondea su trabajo en su segunda obra como directora. El equipo técnico pule esa esencia que el film agarra con entereza e introduce en el propio corazón del espectador con desgarradora potencia. La fotografía dibuja con brillantez el calor de la vida frente a la amargura de la muerte, la música acelera el compás que anuncia la paz sobre la guerra, destacar la original canción "Hashishit Albe" que enaltece la esencia de la alegría, el montaje construye y une con ingeniosa soltura esas tomas que resultan cruciales y necesarias para emocionarnos con esta aventura. Todos estos elementos sirven de instrumento para enamorarnos con un relato único, divertido, muchas veces triste, otras musical, pero sobre todo una historia que nos ilustra como el amor es el arma incontestable para acabar con todas esas guerras que nos separan y que cada vez desgraciadamente nos hacen más diferentes. Combatir por esa unión, esa paz, constituye un regalo que nos ofrece esta película, que nos deleita con maestría y dulzura sobre cual es la forma segura de caminar. La película abre con una magistral escena, que refleja máxima unión, pero abruma más con ese final que supone un paso más en el proceso conflictivo cultural, retratando una situación única que nos incita a pensar y valorar el presente, para acercarnos al incierto futuro.

Lo mejor: El magnífico reparto y la desgarradora fuerza de su mensaje.

Lo peor: Su riesgo puede ser sinónimo para algunos de absurdo.

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