domingo, 14 de marzo de 2021

Crítica: The Mauritanian

"La crónica de la masacre post 11-S se antoja aún una asignatura pendiente para la expresión cinematográfica, que contando con ejemplos valiosos, aún adolece de un tratamiento riguroso y efectivo. Son numerosos los casos y acontecimientos que desempolvar de un período, que a día de hoy levanta grandes ampollas. Kevin Macdonald toma el valioso testimonio de Mohamedou Ould Slahi para retratar la historia del que fue uno de los prisioneros de Guantánamo, un condenado sin juicio a numerosos años de prisión y a las torturas más atroces que se conocen. Rory Haines, Sohrab Noshirvani, M.B. Traven firman un guion que comienza esquemático, jugando a una contextualización clásica y ya asentada, sobre las partes de un conflicto político. Ni uno de los personajes se escapa a ese trazo grueso de definición inicial, incluso Macdonald contruye desde un clasicismo pasmosamente tedioso. No obstante, pasada esa franja, el film, conociendo las líneas de este testimonio y su personaje principal, se adentra en su humanidad, en el valor de su experiencia, y conjuga un ejercicio de descubrimiento, de defininición y de sensibilización, que pone en jaque no sólo a un gobierno, o un período histórico, sino a toda la construcción de un país, cuya estructura se antoja tan hipócrita como absolutamente deshumanizada. Así es, la historia de Mohamedou levanta conciencias al vuelo para capturar lo que fue uno de los momentos oscuros de la historia estadounidense, pero también la identidad de un país que, en sus impostadas construcciones, arrastra a la civilización occidental al peor de sus ocasos. Y es en este ejercicio de inmersión y conciencia donde la película alza su vuelo y se antoja compleja, audaz, y emocionante. La mirada de su protagonista captura y emociona la verdad de lo que somos, y nos sumerge en definiciones que en el fondo nos conectan con nuestro lado más humano, pero al mismo tiempo nos sacuden las estructuras de una sociedad completamente alejada de ello. Este sombrío ejercicio abraza con garra una definición notable, alejándose de sus esquematismos iniciales, y conjugando una sabia línea de montaje que alterna diversas miradas espaciales y temporales. El reparto apoya con solvencia el arrojo de la propuesta, y es en la firmeza de la mejor Jodie Foster, pero sobre todo en el coraje de uno de los mejores trabajos interpretativos del año, un inmenso Tahar Rahim que otorga absoluta verdad a la construcción de las vivencias de Mohamedou, donde la película alcanza su máximas definiciones y se convierte en un vehículo preciso y contundente a la hora de desentrañar las necesarias verdades de un momento tan contradictorio como desvastador, para la historia de la humanidad."


Lo mejor: La excelencia del trabajo de Tahar Rahim.


Lo peor: Una definición esquemática que lastra la primera parte de la cinta.


 

NOTA: 7(****)

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