martes, 16 de octubre de 2018

Crítica: Ha nacido una estrella

"La imperiosa necesidad hollywoodiense de alargar la vida de ciertos productos de dudosa continuidad, ha calado en la esfera musical con "Ha nacido una estrella", una película que conoce en este 2018 su última salida, y que recae muy directamente sobre la inspiración creativa de su antecesora de 1976. No les desvelo nada, si cuento que el argumento se basa en la subida ascendente de una mujer corriente a los olimpos del estrellato, a través del ejercicio musical, historia y discurso mil veces contados y perpetuados en el imaginario norteamericano. La particularidad en esta ocasión, recae en la mano novel de Bradley Cooper, y en el claro salto a la interpretación de una diva musical como Lady Gaga. Por desgracia, desde los primeros minutos se advierte el descalabro de una película que no hay por donde cogerla. Su continua manipulación, en constante alianza con una sobreexplicación casi insultante se convierte en la tónica casi continua de un film, que no sabe manejar ni la historia ni los tiempos. Su errática dirección empeñada en axfisiar a los personajes, y completamente perdida en su sintetización audiovisual, nos otorga un film que paradójicamente acelerado en su progreso dramático, resulta absolutamente tedioso en su alargada construcción de secuencias (ello provoca, del igual manera, limitaciones técnicas, a pesar del esfuerzo del equipo). No obstante, lo peor de la cinta, no reside en las posturas antes citadas, sino en su absoluto desfase a la hora de entender la realidad social que le compete (machista, homófoba pasiva, y obsoleta en sus diálogos). Como resultado de todo lo mentado, la película se antoja absolutamente prescindible, y descansa en unos correctos Bradley Copper y Lady Gaga, que hacen lo que pueden con sus planos personajes. Historias cruzadas que viajan al servicio de lo mejor de lejos de la película, su complejo e interesante repertorio musical, que a veces pone ciertas notas de emoción al absoluto ridículo que planea en el escenario. Todo ello, nos hace entender o creer que el ejercicio audiovisual está al servicio de la expresión múltiple de la diva, pues no se concibe una historia tan desafortunada y anquilosada para los tiempos que corren en la industria cinematográfica."

Lo mejor: El repertorio de canciones.


Lo peor: No haber entendido nada de la esencia de sus antecesoras, y su absoluto desfase.



NOTA: 4(**)

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