Crítica: Héroes

Héroes: 7,5(****)
La infancia como momento más tierno e iluso de nuestra vida se nos manifiesta a lo largo de toda nuestra existencia, vivimos con el recuerdo y la nostalgia de la dulzura, la pena de no poder recuperar aquellos bellos años, como hemos malgastado nuestro tiempo y nos hemos desviado de aquello que nuestros padres nos inculcaron, el recuerdo de esa niñez dulzona y melosa. Pau Freixas recupera esa etapa desde el corazón de la infancia, construye un guión cargado de miradas infantiles, de amistad, de amor, de grandes valores que poco a poco se van perdiendo. Hace 20 años la infancia era más duradera e inocente, frente a la corrupción de este siglo XXI, que cada vez se encamina más hacia la ignorancia, y su consecuente y estrepitoso choque de violencia, y perversión. Freixas muestra su gran "mano" con los niños, pues para ella y por ella está hecha la película. Pau se tropieza, con su trato de la infancia, cierto es que todo resulta entrañable y sincero, pero hay momentos que rozan la noñería pura, y te parece todo absurdo, e incoherente, necesita ese constrante que le ayude al film a poner los "pies" un poco sobre la tierra. Pau dirige y escribe con sinceridad, a pesar de su pasteloseo. Su equipo técnico se adapta muy bien a su mirada, la ambientación ochentera está muy bien conseguida, cada detalle se cuida y se mima, la fotografía regala luz y alegría, y Arnau Bataller nos deja una gran partitura llena de emotividad, para adornar los momentos que nos cargan de lágrimas y emoción. Pero sin duda, los auténticos protagonistas son ellos, el reparto de niños, consiguen trabajos memorables, Ferrán Rull atrapa con su mirada y su sensibilidad, Álex Monner, Mireia Vilapuig y el resto de niños brillan entre la marea del mar. La pequeña intervención de Nerea Camacho es memorable, atrapa con su dulzura y su belleza. Los adultos se quedan en la corrección de sus delimitados papeles y el olvido frente a la infancia, de estos la única que da brillo y alegría a su personaje es Eva Santaolaria, que conforme avanza la historia, nos enamoramos cada vez más de ella. Una película para reír, llorar, y olvidar el mundo que nos rodea para acercarnos hasta la nostalgia del pasado. Muy recomendada para ver en familia.

Lo mejor: El increíble reparto infantil.

Lo mejor: Su noñería.