"La nueva ola cinematográfica que ha poblado
Hollywood en los últimos años ha traído una fuerte afluencia de
discursos acerca de la discriminación racial, abordados desde ópticas
muy diversas. Pero este fuerte arraigo no debe distraernos sobre la
realidad cinematográfica que acontece, y es que muchas de estas ideas e
historias ya inundaron las carteleras décadas atrás, y lo que se antoja
novedoso, ya rompió moldes cuando nadie o casi nadie las situaba en el
ojo mediático. "Green Book" viene a confirmar esta tendencia en un año en el que la realidad negra de Estados Unidos ha dominado el ejercicio
cinematográfico. La nueva cinta de Peter Farrelly nos remite
directamente a un ejercicio que tuvo un éxito bastante holgado a finales
de los 80. Hablamos de "Paseando a Miss Daisy", que fue la gran
triunfadora de los Oscar en su año, y que abordaba la relación entre una
blanca y un negro en clave de comedia dramática en el entorno
conflictivo de los años 60, el negro era el chófer y ella la mujer
paseada. Con una historia diferente, pero siguiendo esta línea
estructural, en "Green Book", el negro se convierte en el paseado y el blanco en el
paseante en este viaje a los estados sureños en la década de los 60. La
película de Farrelly no ofrece nada novedoso: dos personajes a priori
enfrentados por su color, su vivencia, y su forma de ser, que a través
de un viaje inmersivo consiguen entenderse el uno al otro, y forjar una
gran amistad por encima de cualquier convencionalismo, con el discurso
social que ello conlleva en una época tan complicada en los Estados
Unidos. Sin embargo, aunque el formulismo de "Green Book" se vea de
lejos, hay que reconocer con todo que es una buena película que, al
margen de ciertas frases y momentos metidos con calzador, avanza con ritmo y valentía, sus diálogos controlan la humanidad con
absoluta destreza, y sus dos actores impagables nos ofrecen dos de los
mejores trabajos interpretativos del año. Así es, Viggo Mortensen y
Mahershala Ali componen dos ejercicios sublimes, y una química única
que traspasa la pantalla, y conceden a esta fábula cierta chispa, y
cierta verdad, que a veces por su formulismo le encuentra encontrar,
llegando a fraguar una de las películas más agradables del año."
Lo mejor: Viggo Mortensen y Mahershala Ali, enormes.
Lo peor: Su formulismo, y ciertas líneas y momentos artificiosos.
NOTA: 7(****)
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