"El cuento de Carlo Collodi sobre ese niño de madera al que le crece la nariz cuando miente se ha convertido en un referente de la literatura universal, alimentado en el imaginario infantil pero con un trasfondo de oscuras perversiones que más cerca encuentra al público adulto. La importancia del texto y su capacidad de persistencia al tiempo ha sido motivo recurrente de adaptación, y en este caso, de adaptación cinematográfica. Son numerosas las películas hechas acerca de este particular personaje, y en este sentido, la capacidad de ruptura se antojaba escasa ante un ejercicio tantas veces desarrollado. La confianza en la ferviente mirada de Matteo Garrone, y el hecho de tomar el cuento de una manera muy ortodoxa, establecen las líneas que otorgaron una diferenciación a esta película frente al arsenal de propuestas que la historia nos ha querido ofrecer. Así es, Garrone prácticamente reproduce con precisa mirada todas las líneas del cuento, con su poesía, pero también envueltas en ese enorme halo de oscuridad. El resultado es un cuento barroco, por la impresión de sus líneas, pero también por una estética construida al detalle. El viaje de Pinocho es una travesía de enorme simbolismo sobre la vida, y como en la vida, el dolor, la tristeza, la culpa, la redención, entre otras, se antojan vertientes de definición que no siempre evaporan el globo místico de numerosos cuentos endulzados para ser reorientados a su público más infantil. Garrone es preciso, pero también excesivamente esquemático, y eso lastra las ideas del conjunto, que maneja más un ejercicio estructurado en episodios, que un volumen orgánico. La idea de ser fiel obstruye las posibilidades de viajar en una poesía y un ejercicio mucho más fluido y dinámico. No obstante, este Pinocho, con sus defectos e imprecisiones, edifica una de las propuestas estéticas más sobresalientes del año. Su concepción del cuento a través de los extraordinarios vestuarios, la notable caracterización física, la poesía del trabajo de arte en diálogo constante con esa fotografía de cromatismos contrastados, la bella partitura de Diario Marianelli, y unos efectos visuales absolutamente primorosos, compendian un ejercicio de arrebatadora belleza, a la par que una propuesta de memorables hazañas visuales. Garrone capitanea este barco de equipos extraordinarios, que elaboran este cuento sólido, magnético, que quizás debiera haberse despojado de su corsé para volar alto, muy alto, tanto como apunta Carlo Collodi en sus líneas."
Lo mejor: Su bella, poderosa y arrebatadora estética.
Lo peor: Su excesivo esquematismo.
NOTA: 7(****)
No hay comentarios:
Publicar un comentario