viernes, 7 de marzo de 2014

Crítica: Her

"Un futuro utópico, amores cibernéticos, emociones digitales...toda una larga lista de elementos nos quiere advertir sobre el bello futuro que nos avecina una positiva transformación digital. Spike Jonze despliega sus mejores armas para abordar una historia que pretende ser lejana y cercana al mismo tiempo. Se presenta como una completa ficción, pero a la vez como un intento realista de abordar las carencias emocionales del ser humano. Un ser humano particularizado en la figura de Theodore, solitario y dolido errante que navega sólo entre las tinieblas y alcanza un punto de luminosidad en su vida gracias a la artificiosa postura de un sistema operativo con emociones, que se revela como su más fiel compañera. Una compañera perfecta, soñada, ansiada, una especie de imagen idealizada de la pareja perfecta. Su "amor" configura las carencias emocionales de este hombre solitario y detallista. Persona capaz de impregnar de emociones una carta, pero imposibilitada a quererse a sí misma, hasta tal punto de ser incapaz de dar amor a los demás. Su soledad encuentra su cobijo en esta artificial postura, que viene a reflejar la psicología de un personaje más común de lo que pensamos. Esta partida más introspectiva, más analítica se funde con la visionaria postura de un bello desenlace frente la arremetedora presencia del estruendo cibernético. En esta escisión el guion ciertamente conduce con liviana pureza todo el engranaje, pero falla en los pequeños pero importantes detalles que le permiten conseguir vibraciones emocionales. Pues sus indagaciones se quedan en la superficie, no hay profundidad en los personajes, sus emociones, sus relaciones, sus vidas. Por otro lado la vertiente cómica y la dramática no casan la una con la otra y se entorpecen. También ponemos especial énfasis en el destacado agujero de guion final, lo que llamamos como final insólito, que para nada justifica el desarrollo de la acción y que intenta vilmente estafar al espectador. Estos factores provocan el distanciamiento con la película. Aunque podamos reconocer y afirmar cierta credibilidad de sus elementos y llegar a sensibilizarnos con la postura del protagonista, en ningún momento sentimos esa supuesta emoción que pretende transmitir. Todo se queda en lo bonito, como si fuera una capa frívola, estéticamente muy agradable pero poco más. En la otra vertiente y de gran admiración disfrutamos de un espectáculo visual extraordinario, no sólo a nivel de un gran ejercicio técnico, brillante la fotografía, maestría pura la dirección artística y dulce y agradable la partitura que acompaña a la cinta, sino también de un trabajo personal en el campo de la dirección que hace de esta pieza una pequeña joya en cuanto dimensiones cinematográficas se refiere. Mención aparte merece el sugerente uso de la voz de Johansson y la entereza interpretativa del siempre estupendo Joaquin Phoenix. Pero aún, con ello, falta profundidad, complejidad, falta definir las cadenas un poco más, para que esta historia llegue a alcanzar las cotas de humanidad y emoción que pretende."

Lo mejor: El bellísimo y personal espectáculo visual. 


Lo peor: Un guion con demasiadas carencias emocionales.



NOTA: 7(****)

1 comentario:

Juanjo Rengel dijo...

Pues yo no puedo tener más ganas de verla... Cuantas buenas críticas!