jueves, 24 de mayo de 2018

Cine rumano. Reseñas:

Ana, mon amour:
"El que sacudiera hace años el Festival de Berlín con su notable film "Madre e hijo", vuelve con una historia que a través de juegos narrativos y formalistas nos saquea el valor de la emoción, en su continua lucha con la razón. Y es que la nueva cinta de Calin Peter Netzer, sigue la historia de una relación, y sobre todo, la visión de una persona de la pareja sobre la otra. La observada es Ana, figura conflictiva, por sus continuos vaivenes emocionales, y por quebrar el valor de tantos enigmas que planean en el relato. Ella también conecta con el valor histórico de lo que se percibe en una Rumanía aún convulsa por las llagas de su pasado. Todo ello apostado a una lógica desordenada del montaje, que vierte su significancia en los juegos de narración y en una dirección absolutamente pulida. Al final, después de envolvernos en su portentoso vuelo de imágenes, Ana nos noquea con la advertencia clara de la duda acerca de si lo que hemos vivido es realmente una realidad, o es fruto de una construcción sobre el pasado. De esta manera, su discurso plantea numerosas discursivas sobre el valor de la percepción humana, y nos arrebata emociones y razonamientos encontrados, fraguando una película excelsa, liderada por dos actores absolutamente magistrales, que otorgan verdad a todo el material que manejan."

NOTA: 9(*****)

Pororoca:
LXV FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN:
"En sus dos horas y media, "Pororoca"(referencia al estruendoso oleaje en la desembocadura del Amazonas) confina un preciso ejercicio de estilo. Centrándose en el proceso de la pérdida, y en la figura del padre, la historia conforma un calibrado juego de encuadres y silencios, que a través del personaje principal, nos conducen a la desesperación, al vacío, a la sensación de no ser nadie, proceso que se cuece a fuego lento y con mucho mimo por el detalle, y que acaba derivando en un final absolutamente abrumador. Es una película que te adentra en las entrañas de la emoción, de la experimentación incluso, y una vez fuera de ella, queda esa sensación, esa angustia, ese dolor casi tangible. Es un film de vertientes poderosas, por lo que trata, por como lo trata, y por la finura y precisión de todos y cada uno de sus elementos, y por supuesto, por la entrega absoluta de Bogdan Dumitrache, en una interpretación que va más allá de elogio."

NOTA: 8,5(****)

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