Crítica: Madre amadísima

Madre amadísima: 5,5(***)
Bastante interés tenía en ver el nuevo film de Pilar Távora, una directora muy envuelta en las raíces andaluzas, todas sus historias desprenden un aire de frescura, y de castidad a la tierra, como ningún otro director. Sin embargo, hay que saber aprovechar ese aire pintoresco, para explotar sus más escondidas cualidades, y en este camino, Pilar Távora se ha quedado muy a medias. El arranque resulta curioso y atractivo, pero conforme avanza el film va decayendo y se va volviendo pesado y monótono, hasta desembocar en un final extraño e irregular. Si una cosa hay que destacar, por encima de todo, es la dirección artística, muy buenos decorados, en armonia con el correcto vestuario y la acertada caracterización física. La ambientación hace que te sumerjas en una determinada época y vayas evolucionando conforme avanza el film. La peripecia técnica del film es correcta, sin excesos, pero conforme a la pieza que se ofrece. Dejando de lado su faceta técnica, debemos analizar porque el film decae, el film empieza muy bien, con momentos de gran frescura, ternura, pero a veces es tan detenido, y tan repetitivo, que cansa, el film se hace rutina y eso aburre al espectador, los personajes pierden fuerza, el argumento pierde fuerza, la historia se vuelve repetitiva, y pesada, repitiendo la misma fórmula, una y otra vez. Por otro lado, Pilar se ha reunido de un grupo de actores muy jóvenes, pero de gran talento, todos realizan un gran trabajo, a destacar José Burgos, David Lara, Julio Vargas...Ramón Rivero, si le quito su parte final, tengo que decir que hace un gran trabajo a lo largo del film.
Film desconocido, que ha estado en cartelera una semana, desde luego hay que aprovechar, de vez en cuando, lo más raro y desconocido. Una historia sobre el despertar sexual, sobre las diferencias sociales y sobre el amor a una madre.

Lo mejor: La dirección artística.

Lo peor: Se ha quedado en mucho menos de lo que podría haber sido.