miércoles, 9 de marzo de 2011

Crítica: Pan negro


Pan negro: 10(*****+)
Una historia compleja, dura y curiosa. En la novela de Emili Teixidor ya había toda una película, un laberinto de circunstancias intrigantes y sobrecogedoras, desarrollados en un áspero marco, como es la postguerra española, una historia de supervivientes, de gente que supo luchar a pesar de los horrores, y que se sacrificó por el "pan" de los hijos, aunque ese pan fuera un "pan" negro, todo un símbolo de miseria y de dureza. El retrato de Teixidor sobrecoge, y cede el paso a Agustí Villaronga, para plasmar la brillantez de la propuesta, mediante un artificio de esplendor visual, y de maestría, capaz de captar la esencia de la vida, de las sensaciones, con una sola mirada, una lágrima, una imagen. La luz y la oscuridad se funden en un juego complejo y complicado, que se maneja libremente y consiguiendo un espectacular efecto sobre el espectador. Este olvida todo lo demás y se adentra en los confines del dolor. Villaronga adapta el relato al cine, mostrando su valentía y sabiendo arriesgar, tanto su guión como su espectacular trabajo de dirección maravillan y eclipsan a todo un mundo cinematográfico. Su trabajo es especialmente destacado con los actores, les da su mano y los hace bailar hacia el triunfo, sabe captar la dureza del rostro y la caída del olvido, mediante su alabado ejercicio. Para llevar a cabo su cometido, se rodea de un equipo técnico en estado de gracia, cada uno entiende y transforma lo que Villaronga quiere para su historia, como si la confianza y la compenetración invadieran la brillante solución de acabado de esta obra. Riestra pinta los claroscuros y los llena de vida, de muerte, de forma extraordinaria, la música remarca la tensión y la dureza de las imágenes, el montaje capta momentos sublimes, capaces de estremecer, solo hay que hacer referencia a la escena inicial( la del caballo) que resulta sobrecogedora. La ambientación es ejemplar, capaz de crear atmósfera, los decorados brillan, al igual que la caracterización entrelazada con el vestuario, todo el marco ambiental resulta ser de gran belleza e ingenio. Todos los demás aspectos técnicos cubren de gloria este gran proyecto. Pero si hay algo que explota el film hasta su maestría es su creíble y fantástico reparto, todos los niños brillan, Francesc Colomer realiza una excelente interpretación, y muestra su valentía, de la misma manera que su compañera Marina Comas, que estremece y consigue transformar la pantalla y el rumbo del film con su atronador trabajo interpretativo. El reparto masculino nos destaca a Sergi López, bastante bien encuadrado y Roger Casamajor, bastante creíble, pero sin duda estos se ven opacados por el gran trabajo de las interpretes femeninas, todas y cada una muestra su valentía y se deja la piel, con pequeños o grandes papeles, destacando Laia Marull que a pesar de tener un personaje corto, consigue que la pantalla tiemble, convirtiéndose en un huracán que roba los minutos en pantalla, pero sobre todos los actores destaca Nora Navas, que crece conforme avanza el film, tierna, amable, desgarradora, consigue ser el gran descubrimiento de este año, su trabajo es ejemplar y brilla por los cuatro costados. Gracias a todos estos elementos, y por la perfecta conjunción de sus virtudes, "Pan negro" consigue ser la mejor película del año, y una obra maestra para el recuerdo.

Lo mejor: El excelente reparto, encabezado por la grandísima NORA NAVAS, y el fantástico trabajo de Villaronga.

Lo peor: Los prejuicios de la gente por su habla catalana.

1 comentario:

Andrés R. dijo...

Ayer la vi. Una excelente cinta, la recomiendo.