Crítica: De óxido y hueso

SINOPSIS: Todo comienza en el norte. Alain se encuentra con Sam, de 5 años, en los brazos. Es su hijo, al que apenas conoce. Sin domicilio, sin dinero y sin amigos, Alain encuentra refugio en casa de su hermana. Allí todo mejora, ella les aloja en el garaje, se ocupa del pequeño y el clima es agradable. Pero tras una pelea en una discoteca, su destino se cruzará con el de Stéphanie. Alain la lleva a su casa y le deja su número de teléfono. Él es pobre, ella es hermosa y rebosa confianza. Son totalmente opuestos. Una tragedia volverá a reunirlos.

 
COMENTARIO CRÍTICO: 
"El maestro Jacques Audiard tras deslumbrarnos con sus anteriores trabajos donde demostró un excelente ejercicio de tensión y precisión, vuelve con una historia de superación, cargada de emociones. Aunque a nivel narrativo la película no mantiene ni la fuerza, ni la destreza de sus anteriores obras, funciona con prodigio a la hora de definir a dos seres en busca de la superación, así como el encuentro entre ambos como forma de abordar ese futuro incierto que les depara un destructivo presente. Los valores simbólicos del film transformados en diálogos aportan muchas claves sobre el desarrollo psicológico de los personajes, y acerca de sus emociones ante las fatalidades que la vida les presenta. La película parece cercana a la sensiblería de una simple historia de amor, que busca como excusa la superación, pero Jacques Audiard sabe como salvar la historia para que no caiga en el melodrama banal, demostrando no solo un gran talento para definir un guion preciso y constante, sino también para construirla visualmente. La presencia de Audiard se manifiesta en cada plano, en cada mirada, en cada gesto, que llena de valores y significados esta notable obra. La poderosa fotografía que conjuja con majestuosidad un puzzle de luces absolutamente extraordinario, así como el portentoso montaje y la acertada partitura, suponen los elementos técnicos decisivos para definir el lenguaje visual tan rico que maneja el film. Un film que se apoya en la valentía de dos actores extraordinarios, Matthias Schoenaerts y Marion Cotillard. El primero sorprende y se confirma como una de las grandes revelaciones del año, gracias a su poderosa interpretación con la que derrocha energía y conjuga una composición repleta de honestidad. Marion Cotillard deslumbra con una interpretación sobresaliente. Define un personaje complejo donde las emociones se basan en un ejercicio de contención prodigioso, que Marion consigue desarrollar de forma extraordinaria. Ambos constituyen el cuerpo y alma de un film poderoso, aunque menos brillante de lo que se esperaba, por sus carencias a la hora de abordar de forma más amplia y compleja las cuestiones secundarias que van abordando la trama que desencadena en un final algo insípido, frente al gran desarrollo configurado a lo largo del metraje. Aún así, nos encontramos con una notable película que deja huella por su poderosa capacidad para reflexionar sobre las emociones cotidianas."

NOTA: 8(****)