"No pocas certezas avalan la importancia cinematográfica del realizador ruso Andrey Zvyagintsev, que con una obra exquisita ha realzado la estela de grandes realizadores rusos como Tarkovski y Sokúrov. Su siguiente película, un alarde de potencia, en todos los sentidos, firma la sentencia más atronadora sobre la latente realidad rusa, con la historia de la desaparición de un niño, en el contexto de una familia desestructurada. Conocemos las constantes de este director, y su crítica visión social, pero esta vez la partida adopta una forma diferente. No estamos ante una película de mirada calmada y silencios presentes, sino ante un feroz discurso sin concesiones, quizás más explícito que sus anteriores trabajos, pero de tal fuerza que pocos reproches admite. Desde el primer minuto, la película te sumerge en la realidad de esa familia, que con valor simbólico conecta con esa especie de mundo apocalíptico, síntoma del malestar de la Rusia actual. Para ello, se nos traza una historia sin miramientos, feroz y crítica hasta el agotamiento y al mismo tiempo vertebrada en las numerosas vertientes discursivas de ese árbol de ramas múltiples, que tanto papel juega en la cinta. En este sentido, la firmeza de
Zvyagintsev es determinante para comprender el interesante juego visual de la película, matizado y mimado al detalle de forma rotunda por la explosión fotográfica de la misma, las excelentes labores de sonorización y montaje, y una música absolutamente remarcable. En cuanto al valor abrasivo de sus personajes, hay dos notas que abruman por su agresiva rotundidad, la de esa madre despojada de sentimientos, tan fría que quema, interpretada de forma excelente por Maryana Spivak, o el autoritarismo de la madre de la madre, absolutamente atronador, interpretado con firmeza por Natalya Potapova. Ellas representan los pilares más firmes y más claramente autodestructibles en una sociedad que camina hacia la incertidumbre de su ocaso, y que es incapaz de mirar entre las raíces de su árbol para encontrar una nueva verdad."
Lo mejor: La arrebatadora fuerza del discurso.
Lo peor: Cierto exceso en la explicitación de sus metáforas.
NOTA: 9(*****)
1 comentario:
La actuación de Natalya Potapova me impresionó, hasta parecía humor negro, por como decía las cosas en su diálogo. Se merecía un premio, definitivamente.
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