Crítica: Pájaros de papel

Pájaros de papel: 8(****)
Otro film sobre la Guerra Civil y sus consecuencias. El film retrata los duros años de la Guerra Civil y la pobreza que inundaba España por aquel entonces. Pero sin embargo, el film no se apoya en uno u otro bando para contarnos la historia, no pretende caer en maniqueísmos baratos, ni en evidencias, el film quiere demostrar, que da igual el bando al que pertenezcamos, porque todos somos culpables, ofrece una alternativa a escapar de la Guerra, y a no mancharse las manos de sangre, a poder sobrevivir de alguna manera. también juega con el mundo de la imaginación, el del teatro, te permite soñar, te permite viajar al pasado, te permite reír, llorar. Una película que no cae en la simple estampa, sino que atrapa y llega al corazón. Cierto es, que quedan detalles por pulir, le falta fuerza, energía al film, mayor ambiente dramático, pero no vamos a pedir más, Emilio Aragón se estrena y lo hace por la puerta grande, escribiendo una historia desde el corazón y dirigiendo con pulso este film tan personal. Todo no hubiese sido lo mismo, sin el extraordinario equipo técnico que le ha acompañado, destacar a David Omedes, con una fotografía extraordinaria, capaz de hacer un retrato de amor y penas, magnífica también es la dirección de arte de Fernando González, y demás apartados artísticos, como el vestuario. Destacar el juego de imágenes que ha hecho el maestro José Salcedo, y la música tierna y agradable del propio Emilio Aragón. Pero sin duda la fuerza de este relato, cae en sus personajes, perfectamente construidos y definidos, para ser interpretados por magníficos actores, que llevan la mayor carga del film. Destacar la magnífica vuelta de Imanol Arias, con un papel difícil y arriesgado, que lleva de forma notable. Excelentes secundarios acompañan a Imanol, un extraordinario Lluís Homar, que pide a gritos la nominación al Goya, y un Roger Princep, en estado de gracia, pícaro y divertido. Carmen Machí demuestra su gran talento, con su maravillosa interpretación, la más cómica de la función. El resto de secundarios dejan huella en este bello film. Incluso destacar la escena final con Miliki, que consigue tocar fibras. Un film para el recuerdo, repleto de emociones y que te permite soñar.

Lo mejor: El excelente reparto, y la bella fotografía de David Omedes.

Lo peor: Le falta tensión dramática al film.