lunes, 19 de marzo de 2012

Crítica: De tu ventana a la mía


De tu ventana a la mía: 9(*****)
Una mirada, una mariposa que recorre la fina piel erizada, un viento que sopla por desesperanza, una lágrima que soporta la soledad, una foto que evoca el pasado, y una sinfonía que detiene tu vida, son los pequeños pero estremecedores detalles que dan a forma a la poesía del amor, al dolor de la ausencia, a la insoportable levedad del ser. De una ventana a otra esta historia toma forma gracias a los suspiros de tres mujeres que desde épocas diferentes abogan por la liberación, por conseguir un pleno amor, que les desate de unas cadenas que ahogan sus vidas. Todos los detalles, todas las esencias del entorno, y esa fuerza impenetrable presentan una dualidad entre el hombre y la naturaleza, el instinto y la razón. Una muestra de la frustración de descubrir la pasíón, y vivir ocultándola, o desmenuzándola en su propio olvido, hasta caer en una soberana muerte del alma y los sentidos. Tres historias que nos ayudan a situarnos, pensar y saborear lo que tenemos y descubrir las fronteras de lo imposible para caminar hacia abismos perpetuados en el rechazo. Paula Ortiz con un lenguaje muy visual, cargado de detalle, mimo, simbología, y pasión construye esta historia a tres bandas, muestra de un camino incansable de eternas frustraciones pero con una pequeña esperanza. Ortiz demuestra su capacidad para emocionar y transmitir a través de la poderosas y bellas imágenes que con desgarradora fuerza, consiguen que el espectador expulse sus emociones más latentes. Una bella sinfonía que enmudece por su potencial técnico, donde destaca la cuidada y mimada ambientación, la eficacia sonora, el excelente montaje que conduce y enlaza las historias con maestría, serenidad y agilidad, dando una fuerza arrojadora al film. La banda sonora tanto adaptada como original, adorna de forma elegante esas imágenes iluminadas, sombreadas y configuradas bajo esa extraordinaria fotografía, tres colores, tres épocas, tres historias, tres emociones, bajo una luz cargada de misterio, sensibilidad y belleza, todo un riesgo, brillantemente afrontado que da solvencia y entereza a la maravillosa trama. Dentro de este complejo visualmente impresionante, están esas tres actrices, que apoyadas por secundarios sólidos como Carlos Álvarez-Novoa, hacen de sus historias, historias reales, por la credibilidad de sus acciones y sentimientos. Luisa Gavasa conteniendo soberbiamente la angustia, Maribel Verdú derramando sus lágrimas y su sangre, y Leticia Dolera estremeciendo con su mirada aguada, consiguen un poderoso juego de verdad y atracción que provoca una plena identificación del espectador con alguna de la historias, y con la trivalidad de este juego tan pleno y bello. Puede que la película sea comparada con "La horas" o con la magia del cine de Malick, y en este proceso saldría perdiendo porque la historias no son tan plenas y tan redondas como serían las de estos dos realizadores, pero sin duda esta obra es uno de los debuts más estimulantes de los últimos años, además de un grito de recuerdo a aquellas mujeres que de una ventana a otra vieron su vida pasar, encerradas entre muros, y sin poder vivir un amor de verdad, como en las películas.

Lo mejor: La belleza de sus imágenes.

Lo peor: Las comparaciones con Malick y "Las horas" de Daldry.

2 comentarios:

Xavicinoscar dijo...

Que esun debut estimulante y que Paula Ortiz promete es una evidencia. Pero eso de que la peli emocione se puede cuestionar...

Quedan las imágenes pero no las historias días después de verla. Y a eso se le llama esteticismo, o forma sin contenido. Esa es mi opinión (con matices, porque las 3 actrices están estupendas y algunos momentos me gustan).

Aquí seguimos haciendo piña con el cine español! Creo que no podré ver DIctado: a ver si la reseñas!

Saludos!

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