LXV FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN:
"En su ópera prima, Fernando Franco nos regalaba un personaje como Ana, que al final acababa convirtiéndose en la crónica de una sociedad incapaz de curar sus heridas. Aquí la premisa, sin alejarse de su latente lado social, perpetua su mirada en la intimidad de una pareja, que consciente de lo que viene, se apela al mayor vitalismo posible. Pues así es, "Morir" honesta en sus convicciones, no es una película sobre la muerte, es una película sobre la vida, y como esta deambula por sendas realmente frágiles. La resistencia de Marta y el proceso de Luis nos hablan de los vértices del amor, de ese amor sin edulcoramientos, ni tremendismos, ese amor que sale a flote en los momentos más complicados. No hay excesivos derrames de lágrimas, ni explosiones fortuitas o desvíos expiatorios, todo avanza bajo una serenidad asombrosa, marcada por la dolorosa verdad del tiempo, que aquí sacude con fuerza la vida de los protagonistas, mediante esos fundidos a negro. El dolor que genera la película queda muy dentro, porque su composición se antoja tan verídica, tan honesta, tan real, que el contagio emocional con sus personajes nos lleva a caer en su forma de sentir la vida, y una vez dentro de ellos, el dolor, su dolor, no nos abandona y nos apela a un llanto muy profundo, el que quiere entender la vida tal y como es. Este extraordinario compendio se lo debemos a la visionaria postura de un realizador superlativo, Fernando Franco, capaz de encontrar en el equilibrio el sentimiento de la vida. Su amor por los personajes sintetiza las excelentes virtudes de una cinta, que en ningún momento descuida su posicionamiento técnico (virtuoso trabajo de fotografía y excelente composición sonora), y que descansa en los hombros de dos excelentes actores. La abrumadora definición que Andrés Gertrúdix otorga a su personaje, y sobre todo, la inmensa mirada que compone Marián Alvarez (sin olvidarnos de una química encomiable), verbalizan con maestría una película que honestamente nos habla de la dolorosa verdad de la vida."
Lo mejor: Marián Alvarez y Andrés Gertrúdix, absolutamente inmensos.
Lo peor: Su dolorosa verdad puede provocar rechazo.
NOTA: 9,5(*****)
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