"Hay que ser cautos a la hora de abordar el concepto de "cine independiente norteamericano", porque lo que nacía como una denominación para abarcar cierto tipo de cine hecho al margen de la industria, en el sentido presupuestario pero también discursivo y estilístico, ha acabado convergiendo en un género más. Lo que antes era admirado por su rompedora postura dentro de la clásica industria norteamericana, ahora acaba repitiendo motivos temáticos y estilísticos, explotando un producto que mal resuena por todos lados. Con ello, es de admirar, a pesar de la obsolescencia del término, el riesgo de ciertos realizadores que sucumben a la mirada de antaño para construir discursos muy poderosos. Es el caso de Sean Baker, que con su última última pelicula nos sumerge en las profundidades de la América menos favorecida, en contraste con una estética que nos hace ver la hipocresía que maneja cierto discurso en Estados Unidos. La contextualización de la vida de una madre y su hija, en un entorno de motel, próximo a Disneyworld, no es casual. Pues se quiere edificar a través de este contraste, no sólo la lucha entre esas dos vertientes en la sociedad citada, sino también el entendimiento de la mirada de una niña dentro de un entorno hostil. La película sigue sus hazañas, sus gestos, sus miradas, sus risas, sus llantos, te sumerge de lleno en la vida que ella vive, y la pone en comunión con los diversos elementos/personajes que hay a su alrededor. Es admirable la capacidad de Saen Baker para seguir sin aliento la verdad de esta niña, pero al mismo tiempo, se notan ciertas cojeras a la hora de otorgar ciertos giros y/o vaivenes a la historia, así como un exceso injustificado de la estética colorista. En cualquier caso, independientemente de sus errores, el film se alza feroz gracias al indiscutible reparto, desde la serena y contundente postura de Willem Dafoe, hasta la amplia gama de secundarios que otorgan brillo y verdad a la película. Ellos giran con astucia en torno a dos actrices gigantescas, que con absoluta destreza y verdad, componen dos de los trabajos más impecables de esta temporada. Si Bria Vinaite estremece con su particular lucha interna, la abrumadora composición de la niña Brooklynn Prince, está destinada a ser galardonada constantemente. Pues pocas veces un trabajo tan joven ha conseguido estremecer de esa manera. Sólo por ellas, la película, falta en ciertas definiciones, consigue alcanzar el adjetivo de lo sublime."
Lo mejor: Bria Vinaite, y por supuesto la deslumbrante Brooklynn Prince.
Lo peor: Un exceso de linealidad en el discurso.
NOTA: 7(****)
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