jueves, 22 de febrero de 2018

Crítica: Lady Bird

"Las coyunturas hollywoodienses, gracias a la combinación de ciertos factores, algunas veces extracinematográficos, ensalzan películas que poco o nada aportan a la construcción de un discurso cinematográfico potente, y que trascienda las barreras del tiempo. Este año, le ha tocado a "Lady Bird", película que por desgracia navega en la absoluta nadería. Ubicada en la zona norte de California (Sacramento), nos presenta el inconformismo de una adolescente en la ya conocida lucha con sus padres, en este caso su madre y en su descubrir de ciertas realidades que atañen a la propia verdad humana. El problema ya no sólo reside en que todo lo que plantea la película, tanto los personajes principales como secundarios, lo motivos de la edad, el valor contextual, así como otras aportaciones, están ya muy tratados, y mucho mejor que en esta intervención cinematográfica, sino también en la incapacidad de dar fuerza y dinamismo, a través de las imágenes, a la historia. La película, presuntamente rompedora, se mueve en una linealidad pasmosa, pues poco o nada juega con el lenguaje audiovisual, tanto para hacer más atractiva una historia ya contada, como para acercarnos de un modo más íntimo a los personajes. Con ello, no estamos ante una mala película, pues hay ciertas secuencias que salvan el conjunto, ciertos diálogos, y en especial un reparto generoso. Es indiscutible el atractivo trabajo de las dos protagonistas de la película: Saoirse Ronan y Laurie Metcalf otorgan veracidad a unos personajes excesivamente planos, y es gracias a su talento, el hecho de que muchas veces olvidemos la falta de consistencia del material que manejan y nos entreguemos a su honesto trabajo. Estos ingredientes hacen que la película sobreviva de la quema, pero con ello, la sensación constante de indiferencia se apodera de todo el conjunto. Se hablará de mujer en la dirección, se hablará de cine independiente norteamericano, se hablará de retratar el salto a la madurez...pero todos estas denominaciones me resultan muy sospechosas, y me alejan de la sensación real de estar ante una película de brocha gorda, linealidades incomprensibles y falta absoluta de compromiso con lo humano."
 

Lo mejor: Saoirse Ronan y Laurie Metcalf.



Lo peor: La falta de interés del conjunto. 




NOTA: 5(***)

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