martes, 6 de marzo de 2018

90º Premios Oscar. Reseñas:

Coco:
"Sabemos bien de las habilidades de Pixar para enamorarnos desde hace años con un concepto diferente del cine de animación: la capacidad de sintetizar arte y entretenimiento, la capacidad de elevar la animación para reivindicarla como un cine al alcance de todo tipo de público. Su última aportación, que navega por los valores culturales de un país como México, y reivindica el valor del recuerdo de la vida ya no presente, no es para menos. Un film de una magia peculiar, que desde el guion, la preciosa música y un trabajo de animación extraordinario consigue enamorar desde el primer al último fotograma. Se advierten ciertos tics propios de la factoría Pixar, pero todo es tan armonioso, tan elegante y tan extremadamente emocionante, que estas pequeñas fracturas se disuelven a favor de uno de los homenajes más bellos al país de México y una de las mayores joyas de la animación mundial."

NOTA: 9(*****)

Déjame salir:
"Probablemente estemos ante una de las películas más arriesgadas de la temporada, y más si cabe si la contextualizamos dentro de un modelo de producción como el norteamericano. Esta particular sátira sobre el valor de la persona negra en la sociedad norteamericana actual ha sacudido a gran parte de la crítica, y no es para menos, pues su irreverencia y su descaro muy pocas veces se ve en el cine. Sin embargo, la cinta en conjunto se ve lastrada por una serie de imprecisiones. La presentación de personajes peca de obvia y se antoja muy lineal, del mismo modo, que la resolución es efectista e injusticadamente excesiva por momentos. La postura de satirizar el discurso del racismo en la sociedad actual se ve disuelto por un ejercicio que se antoja más turbio que hábil. Todo es tan oscuro y rocambolesco, que aunque sepamos apreciar ciertos puntos de ingenio, al final todo acaba sintetizándose en la anécdota, más que un discurso complejo y provocador, cuando es inevitable aplaudir el arriesgado e ingenioso concepto que maneja su realizador, a pesar de sus lastradas intenciones."

NOTA: 6(***)

Dunkerque:
"La pretenciosidad y el egocentrismo del director Christopher Nolan no tiene límites y así lo ha demostrado en sus anteriores trabajos (en casi todos), construyendo ejercicios más tramposos que transcendentes a través de su contundente capacidad audiovisual. No obstante, siempre hay que ir con ciertas miras, a pesar de los registros precedentes, pues la enmienda de su última película consigue alcanzar lo sublime por momentos. Y es que Nolan apuesta por una visión completamente diferenciada de la batalla de Dunkerque, adoptando un juego visual y sonoro, en relación al tiempo y el espacio, que intenta acercarnos en primera persona a lo que allí se gestó. Y en cierta manera, Nolan consigue lograrlo, pues a pesar de su efectismo (en cierta manera necesario), la película nos contagia con entereza su feroz mirada y su amplias capacidades audiovisuales. Es una película experiencial y en ella se siente, más que se piensa, y eso es un gran cierto a la hora de plantear un giro cinematográfico sobre el tratamiento de la historia. Es una película de imperfecciones (ciertas resoluciones, ciertos personajes, ciertos diálogos), pero al mismo tiempo es una película que te traspasa por su arrogante fuerza visual y sonora. Mención especial para una factura técnica impoluta, en la que la excelencia del montaje, y un sonido magnificamente labrado en consonancia con una creativa y rompedora partitura de Hans Zimmer consigue trasladarnos al horror de la contienda del modo más legítimo y honesto posible: el de la vivencia. Una película única en su especie, y que merece ser experimentada, independientemente de que su posicionamiento y construcción conecte con la verdadera realidad de los hechos."

NOTA: 7,5(****)

El hilo invisible:
"El conocido talento de Paul Thomas Anderson ha encontrado muchas veces caminos muy complejos, capaces de deshacer y redefinir ciertos iconos a través de la expresión de sus universos más oscuros. En esta última película, siguiendo en una línea similar, apuesta por jugar a una doble postura, que casa directamente con la discursiva que se nos quiere ofrecer. Si el revestimiento es absolutamente elegante, exquisito y contenido, el fondo es realmente oscuro y lleno de aristas. Este juego absolutamente embriagador y que maneja férreas intenciones en su amplia paleta expresiva, quiere acercarnos al valor de la creación, al valor del arte, y por supuesto al valor de quien lo ejerce: el artista, este término tan sagrado pero a la vez tan tangible. La historia de un perturbado y maniático diseñador y su particular idilio amoroso juega a desmontarnos todas las posturas que convergen en torno al valor del arte y su definición. Es una película que golpea con sutileza, y ese noble oficio se lo debemos a la deliciosa capacidad de Anderson para obtener de los mitos, absolutas ristras de aristras discursivas, y por supuesto en este caso, al extraordinario ejercicio de refinamiento por parte de un trabajo técnico glorioso, desde el bellísimo vestuario hasta la extraordinaria e ingeniosa partitura de Jonny Greenwood. Por supuesto, no podemos olvidarnos de un trío de actores magistral: Daniel Day-Lewis reafirma su absoluta capacidad maestra para componer personajes muy complejos y define su absoluto liderazgo como uno de los mejores actores del mundo; Vicky Krieps se entrega a la emoción más contenida desde un plano muy meritorio; y Lesley Manville aporta contudencia y ferocidad a un personaje de consideraciones muy interesantes. Ellos y todos los elementos citados juegan con absoluta magia en una película de fuerte calado que, a pesar de ciertas posturas difíciles de digerir en su discurso, conseguirá congelarse en el abrigo del tiempo."

NOTA: 8,5(****)

La forma del agua:
"Es admirable la capacidad mágica de Guillermo del Toro para dar forma a universos fantásticos nunca habitados y a su amplio arsenal de criaturas únicas que han poblado muchas de sus películas con más o menos atino. Llega su reconocimiento máximo con una historia que se asemeja a nivel discursivo a sus posturas más maduras, una historia que conecta una relación contextual con un universo fantástico. Postura doble que no es más que el deseo de hacer mella en la exploración humana, pasada, presente y futura. Así es, del Toro despliega todo su arsenal creativo para componer quizás su obra más completa y arriesgada. No obstante, a pesar de la belleza e ingenio de sus personajes, todos ellos adolecen de una narrativa muy forzada, que aunque juegue en el terreno de lo fantástico, abusa en exceso de los encuentros casuales y de personajes de brocha gorda. Es absolutamente excesivo el caricaturesco y estereotipo arsenal de protagonistas en una historia que avanza con dudosa credibilidad y que reposa de forma exclusiva en su tratamiento atmosférico, que no siempre es suficiente para levantar una película. Es admirable el excelente trabajo técnico de la cinta, en especial un trabajo de arte exquisito y una música formidable, pero da la sensación de que todo este empaque al final juega al servicio de un cuento más bonito que transcendente, una historia más anecdótica que duradera, una absoluta decepción que prometía convertirnos de forma definitiva al mundo "del Toro".

NOTA: 6,5(***)

La reina Victoria y Abdul:
"Estamos ya muy acostumbrados a la dosis de telefilm histórico británico, de posturas edulcoradas y acentos imperalistas. Stephen Frears lo vuelve hacer, conformando un cuento sin gracia sobre un episodio de la gran reina británica: Victoria. Esta vez se trata de la relación de amistad con su siervo Abdul, que tantas convulsiones provocó en la etapa final de su reinado. No obstante, si el material era susceptible de ser tratado con ingenio y complejidad, la película navega por todos los clichés, motivos y encuentros ya trillados, para conformar una fábula de fácil digestión y de escasa transcendencia. Mención especial merece el trabajo de vestuario, y la siempre contundencia de Judi Dench, pero por lo demás una película que poco o nada aporta desde cualquier óptica posible."

NOTA: 4,5(**)

Los archivos del Pentágono:
"Vivimos en una era de tal revolución cultural, que muchas veces ciertas posturas realmente huecas desechan todo aquello que tenga una vinculación con el concepto de lo clásico. Si esto lo trasladamos al cine, obtendremos como resultado un gran número de películas rechazas u ocultadas por pertener a un discurso y unas formas más labradas en el pasado, que en este convulso presente. En este sentido, el responsable de la gran película clásica del año se trata del conocido Steven Spielberg, que en cierta manera no ha tenido el reconocimiento que merece una película de este calibre. Pues, aunque Spielberg ha presentado una carrera un tanto irregular en los últimos años, esta película reafirma su convincente y sólida visión como uno de los directores más valientes de toda la historia del cine. La película que aborda todo el despliegue que supuso la publicación de material certificado del Pentágono, en este caso, desde la óptica y acción del The Washington Post (desencadenante del escándalo Watergate), conjuga una capacidad extraordinaria para introducirnos en el corazón de un periódico en relación directa con la realidad sociopolítica, con absoluto ingenio y evitando cualquier modelo que, o bien distraiga al espectador, o bien resulte excesivamente plúmbeo. Es una película dinámica y entretenida, pero al mismo tiempo llena de complejidades, resueltas con atino por un guion excelso que da virtud a la construcción de personajes completos y diálogos convincentes y veraces. Un trabajo de escritura meritorio que encuentra en una factura técnica solvente (excelente ejercicio de ambientación) y en unos actores recios la mejor de sus construcciones. La absoluta firmeza de Meryl Streep convierte en excelencia cada línea que exprime, cada paso que avanza y cada manejo de gafas que contempla, componiendo quizás uno de sus trabajos más solventes en años (y es mucho decir, de una de las mejores actrices del planeta). En definitiva, una película para reivindicar, que con sus fallos (prescindibles prológo y epílogo), consigue realzar el valor de ese cine que parece que se quedó muy atrás, pero que está más presente que nunca."

NOTA: 8,5(****)

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