sábado, 23 de febrero de 2013
Crítica: El lado bueno de las cosas
SINOPSIS: Tras pasar ocho meses en una institución mental por agredir al amante de su mujer, Pat (Bradley Cooper) vuelve con lo puesto a vivir en casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver). Determinado a tener una actitud positiva y recuperar a su ex-mujer, el mundo de Pat se pone del revés cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con ciertos problemas y no muy buena fama en el barrio. A pesar de su mutua desconfianza inicial, entre ellos pronto se desarrollará un vínculo muy especial que les ayudará a encontrar en sus vidas el lado bueno de las cosas.
COMENTARIO
CRÍTICO:
"Llega la comedia del año para muchos, una obra que prometía ser original y diferente, una película que intentaría sacudir no solo a un amplio público, sino también a los sectores más reacios de la crítica. Quería ofrecer una completa vuelta de tuerca a la definición de la comedia norteamericana más independiente. Pero sin duda, hay una serie de puntos en el film de David O. Russell que flojean y que le impiden ser la gran obra del año, que debería ser, y que muchos han encubierto por desviarse ligeramente de la línea dominante. En primer lugar, atendemos a una estructura no solo convencional, desde el primer al último minuto del metraje, sino también predecible. La historia no da hueco al sobresalto, la sorpresa, o la imaginación, todo está atado y más que atado, en sugundo lugar hay un contraste abismal entre personajes complejos, en este caso los dos protagonistas masculinos, y personajes simples y esteorotipados, como es el caso de Tiffany y Dolores. Su ajuste a una estructura excesivamente manida y el desarrollo de actitudes más que esperadas incomodan al espectador más exigente, que se siente deliberadamente estafado en un final sin pena ni gloria. Pero, partiendo de estas dos limitaciones importantes, lo que le permite al film salir de la quema, y llegar a ser una buena película, es un desarrollo de los diálogos absolutamente chispeante, un clímax realmente acogedor y entrañable, y unos actores extraordinarios. Aunque Jacki Weaver trabaja bien, y Jennifer Lawrence defiende de forma notable su histriónico personaje, los que configuran con absoluta admiración sus personajes son un Robert De Niro que vuelve a firmar otro gran papel, dibujando con gracia su obsesivo padre, pero sobre todo un excelente Bradley Cooper, sin duda lo mejor de una cinta irregular y agradable a partes iguales. Él no solo maneja el personaje, o el conjunto de emociones más complejo de la función, sino que lo lleva con entereza provocando que el espectador no quiera despegar su mente y su corazón de un rol tan difícilmente tratable. Bradley Cooper sobresale y nos regala un magnífico ejercicio de química cinematográfica junto a Jennifer Lawrence. Una película entrañable, entretenida y agradable, escasa de potencial e insuficiente en su construcción, pero inmersa en numerosas cualidades."
NOTA: 7,5(****)
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