"Que Fatih Akin es uno de los cineastas más relevantes del cine europeo actual es un hecho. Que comprende de un modo sensible la realidad social que le compete es evidente. Estos dos factores vuelven a unirse para denunciar una realidad latente en la Alemania actual: las reapariciones de grupos Nacionalsocialistas, mediante ataques terroristas a ciertas comunidades, en especial a la inmigración turca. A través de la historia de Katja, Akin intenta dibujarnos una realidad social espinosa y dolorosa. Parece que la siente tan cercana y su reacción es tan impulsiva, que el que fuera maestro de lo social, acaba perdiendo facultades en pro de un discurso excesivamente fácil. La sensibilidad con la que había compuesto sus anteriores retratos, da lugar a un maniqueo panfleto, de perfiles blancos y negros, en el que no se da al espectador la posibilidad de reflexionar, sino que se construye un discurso muy claro, sin posibilidad de concesiones. Todo se antoja tan esquemático y previsible, a pesar de los radicales giros argumentales, que poco o nada entramos en contacto con lo que nos quiere contar, ni racional, ni emocionalmente. La excesiva horizontalidad de todo el conjunto, incluyendo los personajes protagonistas, impide contagiarse de la tragedia de Katja y sentir su dolor, y su resignación. No obstante, es indiscutible como su realizador consigue obviar ciertas costuras de un guion errático, gracias a su notable ejercicio de narración audiovisual, que por momentos nos aleja del encorsetamiento del conjunto, y nos hace admirar las valías de un realizador tan estimable. Por supuesto, sin olvidarnos de los aciertos técnicos de la cinta, y de una Diane Kruger, que a pesar de su insuficiente personaje, consigue emocionarnos con una construcción sensible y absolutamente entregada. De esta manera, su brillante aportación, quizás la mejor hasta la fecha, se abre paso como un oasis de luz dentro de un ejercicio injusto con la realidad que le rodea, excesivamente esquemático y lastrado por su incapacidad de miras ante el momento presente."
Lo mejor: Diane Kruger.
Lo peor: La simpleza maniquea del discurso.
NOTA: 6(***)
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