Ayer, pudimos disfrutar de cuatro películas repartidas en diferentes secciones. Fuera de lo visto, hay que marcar las notas de la fuerte decepción por dos películas de la Sección Oficial: la rumana "Soldiers. Story from Ferentari" y la holandesa "Beyond Words", dos películas que pasaron sin pena ni gloria entre los ecos de la crítica. Nosotros pudimos ver las siguientes cuatro películas:
La nueva fábula del maestro austriaco Michael Haneke, "Happy End", presente en Perlas, nos presenta los devenires de una familia burguesa, en su continua relación con la realidad social latente. Dando un salto sin red, su realizador da forma a varios motivos y realidades de películas anteriores, y comprende una sátira de ingeniosos diálogos e interesantes personajes, que quiere ajusticiar las ridículeces de la clase adinerada. Sin ser en su forma la película de más esencia de su director, si lo es un fondo que toca con atino y divierte a partes iguales. Mención especial al generoso reparto con un sublime Jean-Louis Trintignant.
Picoteando en Sección Oficial, "Sollers Point", de Matthew Porterfield, nos deja absolutamente fríos con una historia que pretende convertirse en un retrato generacional sobre las contradicciones de Estados Unidos. La delincuencia y la reinserción social son los motivos principales de un ejercicio al que le falta consistencia por todos lados y le sobran lugares comunes. Tampoco ayuda la ineficacia de un mal reparto, en especial, su protagonista incapaz de expresar los vértices de su personaje. Todos estos elementos fallidos comprende una película que navega en la absoluta nadería y que poco o nada aporta a la vertiente críticosocial del modelo norteamericano.
Y el eco social de la Sección Oficial se traslada a la segunda película de Antonio Méndez Esparza, "La vida y nada más", el retrato de una familia marginal negra en Estados Unidos. La película rodada con oficio y bien interpretada, atención a Regina Williams que podría ser Concha de interpretación femenina, falla a la hora de encontrar su definición. Entre la ficción y el documental se compendia una mirada que peca de cierta impersonalidad. Planos muy generales, situaciones comunes, y construcciones que de una manera u otra nos alejan del sentir de sus protagonistas, y nos embarcan en una distancia que no termina de funcionar. No obstante, el buen gusto acompaña en todo momento a la película y nos permite disfrutar de una historia tan real como alejada de nuestro entorno más cercano.
Y terminamos la jornada con la proyección de la Gala de RTVE, "La llamada", de Javier Ambrossi & Javier Calvo. Una película que adapta la obra de teatro que tanto a éxito h reportado a estas dos figuras mediáticas. La película que retrata de un modo un tanto inverosímil la realidad juvenil actual, nos introduce en el campamento La Brújula, para conocer la historia de estas chicas, que a ritmo de canciones muy actuales, nos hablan sobre los calificativos de la era latente. La película se digiere y se sigue bien, en especial gracias a las virtudes de una buena fotografía y el trabajo de unas actrices que parecen nacidas para sus respectivos papeles, atención a una inmensa Belén Cuesta, pero el ruido de sus diálogos y sobre todo, la falta de gusto en la puesta en escena, lastran una película que edulcora más que ofrece, y que al final no deja el poso que pretende con su fácil discurso.
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