Con un poco de retraso llega la crónica del lunes (estamos a miércoles ya), para hablaros de lo más destacado de una jornada ciertamente irregular. Las críticas han aupado en esta jornada películas como "Era o Hotel Cambridge" (Horizontes Latinos) y Bar Bahar (Nuevos Directores) que han obtenido un aplauso casi unánime de la crítica. Pero nosotros nos hemos centrado en películas incluidas dentro de la Sección Oficial (las cuatro visionadas en la jornada del lunes).
La primera cinta, ha sido la mejor del día con diferencia. Hablamos de la británica "Lady Macbeth" de William Oldroyd. Una película que a pesar de su convencional trama, y la austeridad que maneja, defiende con solvencia un discurso repleto de sutilezas. La película, basada en una novela de Nikolai Leskov, recrea el conocido mito femenino con gran presencia formal y un contenido para degustar lentamente. Los encuadres y en general la amalgama audiovisual cerca están del ejercicio pictórico, con claros referentes en este campo (Hopper, Vermeer, me vienen así de pronto). La cuidada fotografía y en general, el minimalista pero acertado trabajo de arte propician una creación de atmósfera absolutamente envolvente. El guion preciso en sus giros y palabras nos propicia una narración del mito en la época decimonónica, a través de los ojos de una muy bella mujer, que adquiere dimensiones que merecen ser meditadas minuciosamente de acuerdo al contexto y la situación particular que maneja. El reparto en conjunto ofrece un excelente trabajo, pero es ella, en su precisa y desafiante mirada quien acumula todos los elogios. Florence Pugh nos regala una composición notable que engrandece este relato de interesantes consideraciones, resultando gran favorita para la Concha de Plata a la mejor actriz. Sin olvidarnos, que esta película también podría ser una candidata muy firme al premio grande, y también al de fotografía.
Siguiendo con la Sección Oficial competitiva, navegamos al universo social de la mano de el sueco Johannes Nyholm, que en "The Giant" configura una mezcla entre la fantasía y la realidad. La película, aunque determina un relato de ficción, adopta la postura estética del docudrama, ofreciendo cierta visión Dogma, que hace que no perdamos la conciencia social sobre lo que contemplamos: la historia de una persona diferente (autismo con deformidades graves), que se plantea como una dialéctica entre la ciencia y la cultura. La película atiende a remansos de fantasía, como si una especie de aventura de Tolkien invadiera la pantalla. Esta decisión resulta forzada, al igual que el último tramo de la película que atiende a la sensiblería más facilona. El guion se va deshaciendo poco a poco hasta llegar a momentos que provocan la risa involuntaria. Tampoco ayuda una dirección que se muestra torpe a la hora de poner énfasis en lo que cuenta, provocando por momentos la rutina soporífera. En definitiva, una película fallida y prescindible, que por su temática y su nacionalidad (Bille August es el presidente del Jurado) huele desde ya a Premio especial del Jurado.
Fuera de competición, aunque enclavada en esta sección, encontramos la nueva cinta del controvertido Nacho Vigalondo. "Colossal", aunque bañada en factura hollywoodiense y con una Anne Hathaway, que se presenta como lo mejor de la cinta, sigue siendo más de lo mismo. Vigalondo sigue en la senda de su frikismo y se ríe descaradamente de la inteligencia del espectador con una película inoportuna y que no hay por donde cogerla. Sus diálogos, sus momentos y sus intenciones son abolutamente ridículos y resulta muy difícil entra en una cinta que no sólo no resulta creíble, sino que no muestra ningún amago de habilidad o inteligencia. Un director que se ha hecho de oro gracias a un séquito fiel que estreno tras estreno defiende lo indefendible. Productos absolutamente deficientes que aluden al humor más bañado de inoportunismo para configurar películas rarísimas (en el peor sentido de la palabra). Hasta ahora, la peor cinta del certamen, con diferencia.
Terminamos la jornada con el homenaje a ese interesante realizador ya fallecido llamado Bigas Luna. Piedra angular de nuestra filmografía que en "Bigas x Bigas", codirigido entre él y Santiago Garrido Rua, configura a través de grabaciones caseras, un retrato íntimo de ciertos años de su vida, con claro énfasis en los ejes vertebradores de su obra, y por ende, de su vida. La película se sigue con comodidad y resultante interesante, pero poco o nada aporta desde el punto de vista de documento audiovisual, ni desde la óptica artística. Un ejercicio que como homenaje resulta honesto, pero más allá de ello se pierde en el olvido.
Y en unos instantes, la crónica de ayer martes...
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