Repasamos ya el jueves (cada vez queda menos para cerrar este festival). La Sección Oficial ha dado dos títulos que han sido aplaudidos, para sorpresa, pues llevamos un festival de calidad bastante pobre. Fuera de concurso la animación japonesa "Your Name", y a concurso, quizás de una las más firmes candidatas a la Concha de Oro, la coreana "Lo tuyo y tú" de Hong Sang-soo. En Perlas, "Fuego en el mar", último Oso de Oro de Berlín, ha recibido una cálida acogida. Y dentro de lo visto, hay que señalar tres films a concurso en la Sección Oficial y la primera película que vemos visto de Horizontes Latinos.
La primera película de la jornada, ha sido la nueva cinta de ese curioso cineasta llamado Jonás Trueba. Un cineasta con un discurso muy claro, y que se une a cierta tendencia renovadora del lenguaje en el cine español, aunque con ciertos tics que ya llegan a agotar. En "La reconquista", cuya inclusión en este festival ya nos resultó extraña, da un salto adelante en la depuración de un estilo propio. Si el film arranca con la habitual pedantería de su realizador, con un extenso diálogo entre sus dos protagonistas inundado de soberbias e inoportunidades, que llega a resultar bastante cansino, a medio camino la cinta despega y lo hace con tal belleza y sensibilidad, que emociona. Las miradas, las precisas palabras, los colores, las bonitas canciones (Brillante el aporte musical de Rafael Berrio) conjugan una película que medita sobre los devenires del amor, que precisa sus reflexiones sobre las primeras grandes sensaciones de la vida y aquellas personas que elegimos para compartir nuestra vida en primera instancia. La historia, aunque imperfecta, al final rezuma nostalgia, elegancia y belleza. Estamos ante la mejor obra de su realizador tanto desde el punto de vista de la construcción del discurso, como en el aspecto formal (bellísima fotografía). Huele a premio y ojalá que así sea.
Seguimos con la argentina, de Emiliano Torres, "El invierno". Una película que, aunque de arranque prometedor, se pasea por todo su metraje de forma anodina. Estamos ante un film sin personajes, sin giros, sin historia. Tan solo asistimos a un cuadro de la Patagonia, que transcurre de forma lenta, hasta soporífera, al compás de dos personajes de diferentes generaciones. Atendemos a entender lo que Torres ha querido transmitir, pero ello no está bien labrado y los personajes se muestran en un estado de inexpresividad tal que cuando atendemos al desencadente final, la decisión nos parece completamente forzada y algo inexplicable. Ni siquiera la firmeza de los dos actores consigue levantar un ejercicio anodino, en el que brilla, por encima de todo, un trabajo fotográfico naturalista que consigue grandes momentos de bella formal, ya que en definitiva esa es la gran baza del film, pues su narrativa permanece inerte. No obstante, es un film muy premiable y no sería raro viéndolo ganar algún que otro premio. Premio casi seguro para su fotografía, desde luego.
Terminamos la Sección Oficial, por hoy, con el salto a la dirección en solitario del reconocido actor Ewan McGregor. "American Pastoral", basada en la novela de Philip Roth, se plantea como un ejercicio reflexivo sobre la crisis y confusión de valores de un momento concreto de la historia norteamericana, a través de la compleja historia de una familia. La película avanza con ritmo y se sigue con comodidad, gracias en gran parte al magnífico trabajo musical de Alexandre Desplat, pero la fallida dirección y los continuos derrapes de un guion que no sabe por donde enfocar la historia, ni que papel darle a sus personajes, hacen que el film se muestre desequilibrado y obviamente fallido. Si la sensiblería invade el primer tramo de la cinta, el resto alude a un tremendismo impostado que rechina demasiado. Se nos quiere hacer ver la complejidad y dificultad de la situación planteada, a través de diálogos excesivos, interpretaciones forzadas y un ejercicio fotográfico de constrastes. Con ello, asistimos a un entretenimiento que no decae, en parte gracias a la cercanía de su discurso y a ciertas apuestas técnicas, que hacen que el envoltorio sea solvente.
La última película del día brilla con luz propia. Amat Escalante, uno de los genios del cine iberoamericano, retoma su crónica social de un modo en cierta manera diferente con "La región salvaje". Una película que a través de una determinación entre lo fantástico y lo tenebroso construye un esquema de metáforas, cuyo objetivo final es denunciar la masacre que inunda México. La capacidad para crear atmósfera, y mantenernos en tensión durante todo el metraje abruma, pero también las continuas dialécticas que plantea la película una vez abandonado su visionado. Estamos ante un ejercicio mayor en el que la denominación de lo salvaje adquiere una determinación muy clara dentro del contexto de referencia, y lo hace a través de ese monstruo que ciertamente estimula y anima a buscar nuevos significados. La brillantez formal de ese gran maestro, en comunión con un equipo técnico notable (brillante fotografía) y unos actores impagables, se muestra siempre al servicio de un discurso que hiela la sangre, que te hace pensar y te hace confabular tus propias decisiones y posturas ante el compendio conceptual que nos atiende. Obra Maestra, de impagables repercusiones, y que desde ya se ha convertido en nuestra película favorita de esta edición del Zinemaldia.
Hoy viernes, vamos con las últimas películas a competición y mañana ya tendremos nuestra quiniela y el palmarés personal.
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